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La arquitectura gótica catalana: de la Catedral de Barcelona a la de Girona

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La arquitectura gótica catalana: de la Catedral de Barcelona a la de Girona

La arquitectura gótica es una expresión artística que surge en Europa en el siglo XII, y se desarrolla hasta el XV. Cataluña es un territorio en el que esta corriente tuvo un desarrollo especialmente relevante. La catedral de Santa Eulalia en Barcelona, la Seu de Girona o la Catedral de Tarragona son algunos de los ejemplos más conocidos de la arquitectura gótica catalana. En este artículo vamos a conocer en profundidad alguna de esta obras, para comprender la riqueza y la complejidad de la arquitectura gótica catalana.

La Catedral de Barcelona

Comenzamos nuestro recorrido por la arquitectura gótica catalana por la catedral de Santa Eulalia de Barcelona. Esta catedral es uno de los emblemas de la ciudad, y el edificio religioso más importante de la misma. Su construcción comenzó en el siglo XIII y se alargó durante varios siglos. Este hecho contribuyó a que el edificio tenga una gran riqueza en cuanto a elementos arquitectónicos. En este sentido, la catedral es un fiel reflejo de la evolución del gótico catalán.

La fachada principal de la catedral de Barcelona se caracteriza por un gran rosetón central, rodeado por otras aberturas de menor tamaño. El portal, por su parte, tiene una serie de esculturas que representan diferentes episodios bíblicos. En el interior, la catedral presenta una planta de forma basílica, con tres naves y capillas laterales que se abren hacia el pasillo. Los nervios de las bóvedas se acodalan en unos pilares que alternan con columnas. El presbiterio está coronado por una espectacular cúpula.

La Capilla de San Benito

Uno de los elementos más destacados de la catedral de Barcelona es la capilla de San Benito, situada en la nave del Evangelio. Se trata de una capilla cuadrangular que se cubre con una bóveda de crucería y que presenta una gran riqueza decorativa. La puerta de entrada se abre mediante un arco apuntado, y presenta unas arquivoltas ricamente decoradas.

En el interior de la capilla de San Benito encontramos unos frescos realizados en el siglo XIV, que representan la vida de San Benito. Estos frescos se encuentran en el muro izquierdo y están considerados como uno de los ejemplos más destacados del gótico catalán. La capilla de San Benito es una de las joyas de la arquitectura gótica catalana.

La Seu de Girona

Si continuamos nuestra ruta por la arquitectura gótica catalana, sin duda debemos detenernos en la Seu de Girona. Este magnífico edificio se encuentra en el casco antiguo de la ciudad, y representa uno de los exponentes más destacados del gótico catalán. La construcción comenzó en el siglo XIV, y se prolongó durante varios siglos.

La fachada de la Seu de Girona se compone de tres rosetones y tres portales. El portal central es el más destacado, y se encuentra flanqueado por dos grandes torres campanario. En el interior del edificio nos encontramos con una planta de salón, con una sola nave flanqueada por diecisiete capillas laterales. La nave central está cubierta por una espectacular bóveda de crucería, y la cabecera presenta una girola con siete capillas absidales. La catedral de Girona es una auténtica maravilla de la arquitectura gótica catalana.

El claustro de la catedral de Girona

Otro de los elementos más destacados de la catedral de Girona es su claustro, uno de los más espectaculares de la arquitectura gótica catalana. El claustro data del siglo XIV, y presenta una planta cuadrangular, con arcos apuntados que se apoyan en columnas de mármol y capiteles decorados con motivos vegetales.

La galería este del claustro presenta una torre campanario, y desde la misma se accede al museo capitular, que alberga una importante colección de arte religioso. El claustro de la catedral de Girona es uno de los espacios más singulares y atractivos de la arquitectura gótica catalana.

Conclusión

La arquitectura gótica catalana es una de las manifestaciones artísticas más ricas y sofisticadas de la cultura catalana. La catedral de Santa Eulalia de Barcelona o la Seu de Girona son algunos de los exponentes más destacados de esta corriente artística. Ambos edificios presentan una gran complejidad estructural, y una riqueza decorativa sin precedentes. La arquitectura gótica catalana es un patrimonio cultural de enorme valor, y representa una de las señas de identidad más notables de la cultura catalana.