Antoni Gaudí es uno de los arquitectos más reconocidos en todo el mundo, especialmente en su ciudad natal, Barcelona. Su estilo arquitectónico es muy reconocible debido al uso de líneas curvas, formas inspiradas en la naturaleza y la introducción de elementos orientales en su obra. Esta última característica es la que nos interesa en el presente artículo, ya que vamos a explorar la influencia del arte oriental en la obra de Gaudí.
Para entender la presencia de elementos orientales en la obra de Gaudí, es necesario considerar el contexto artístico y cultural de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. En este periodo, la influencia de Europa en Asia se intensificó a través de la colonización y la expansión del comercio. Comenzaron a florecer los estudios sobre el arte y la cultura asiática, con un gran interés en el arte japonés y chino. El Japonismo fue una corriente artística que se desarrolló en Europa en la segunda mitad del siglo XIX y que se caracterizó por la importación masiva de objetos de arte y la creación de obras con claras influencias japonesas.
Gaudí no estuvo ajeno a esta tendencia, y como parte de la generación modernista, se sintió atraído por las innovaciones formales y estilísticas del arte japonés. También estaba interesado en la filosofía oriental, como el taoísmo y el budismo, que contribuyó a la formación de su propia concepción de la estética, su apreciación por la belleza de la naturaleza y su afán por crear una arquitectura orgánica.
Algunas de las obras más conocidas de Gaudí, como la Casa Batlló y la Casa Milà, presentan elementos decorativos que recuerdan claramente el Japonismo. Ejemplos de esta influencia pueden ser los motivos florales y geométricos en los mosaicos y vidrieras, y las formas curvas y sinuosas en la arquitectura.
Otra obra importante de Gaudí que presenta influencias orientales es Park Güell, que cuenta con un pórtico de entrada que tiene una clara influencia en los torii japoneses. Los torii son arcos que se utilizan como puertas de entrada a los templos sintoístas. También en Park Güell se encuentra un banco en forma de serpiente, que recuerda a las figuras de animales míticos presentes en la decoración oriental.
Otra obra clave de Gaudí con influencia oriental es la Sagrada Familia. La fachada de la Pasión, construida después de la muerte de Gaudí, es un ejemplo evidente de la concepción de una arquitectura orgánica, con formas basadas en la naturaleza y en las corrientes estilísticas del arte oriental. Los motivos decorativos incluyen elementos como cangrejos, lagartos y serpientes.
Además de la presencia de elementos decorativos, Gaudí también se inspiró en la paleta cromática del arte oriental. Los colores brillantes y saturados, típicos de la porcelana china, se pueden encontrar en la Casa Batlló y en la Casa Milà. Asimismo, las tonalidades opalinas de los vidrios emplomados en Park Güell son una referencia directa a la influencia oriental en el estilo de Gaudí.
Es importante destacar que la influencia de la técnica oriental no solo se limitó a elementos decorativos, sino que también tuvo un impacto significativo en las técnicas de construcción empleadas por Gaudí. Como un experto en cultura catalana, es necesario destacar que él se inspiró en las formas atemporales y perfectas de la geometría y la estructura desarrolladas en Asia.
Aunque algunos de los elementos más destacados como el banco en forma de serpiente no se pueden construir sin la ayuda de técnicas modernas, muchos de los elementos decorativos fueron ensamblados con cerámica. La técnica de mosaico utilizada por Gaudí para la producción de tejidos de cerámica, era similar a la compleja técnica que encontramos en Turquía. Esta técnica de mosaico provenía de Persia y se movió a Egipto, Syria y más tarde a España.
A pesar de la clara influencia del arte oriental en la obra de Gaudí, también es cierto que él mismo contribuyó a la promoción del Japonismo y la difusión de la arquitectura y el arte oriental en Europa. En una de sus visitas a París, adquirió objetos de arte y el libro “The Principles of Chinese Painting” del historiador y sinologo benjamin-mieneke.
Gaudí comentó a amigos que gracias a este libro, aprendió a crear oposiciones y contrastes en los objetos utilizados en la creación de su trabajo. Inspirado en la belleza de los objetos de porcelana y el arte japonés, Gaudí comenzó a estudiar los objetos de este tipo cada vez con más profundidad.
De hecho, muchos arquitectos y artistas de la época también se sintieron atraídos por el arte y la cultura oriental. Pero fue Gaudí quien logró incorporar estos elementos de una manera tan progresista y original en su trabajo, y sobrepasar la consciencia habitual haciendo que la naturalidad y la libertad de la naturaleza sean lo más importantes.
En conclusión, la influencia del arte oriental en la obra de Gaudí es innegable. A pesar de ser sólo uno de los muchos arquitectos modernistas de la época, Gaudí fue uno de los más destacados en incorporar elementos del Japonismo y la cultura oriental en su obra. Su interés en la filosofía oriental y la naturaleza dejó una huella imborrable en la historia del arte y la arquitectura, no sólo en Cataluña o en España, sino también en todo el mundo.